sucede que el día de locos efectivamente existe
mezcla de sutilezas y obviedades igualmente cómicas por fatal que sea su desenlace
llamaremos Orate al loco anfitrión si les parece
y pongamos que te obliga a llevar una sarta de cosas innecesarias en la mochila
libros por ejemplo que no podrás leer por el segundo loco a bordo
saboteador y anónimo
pongamos
al viejo hank apareciendo en las primeras páginas de uno de los excecivos libros
y ya tendremos a otro loco famoso
el loco cuerdo
de sabiduria amarga
el poema que leo
adivinen
los locos siempre me quisieron
los que vinieron después
los locos de añadidura
los casi inútiles en tan extensa demostración del día de locos
fueron de atar
escapados de un manicomio más literal que los ladrillos
sicalípticos entrañables
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